La huella de carbono es una medida de la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero liberadas a la atmósfera por las actividades de una persona, una empresa, una ciudad o un Estado.En esencia, es una medida de cuánto contribuimos al calentamiento global antropogénico. O, dicho de forma positiva, cuánto contribuimos a ralentizarlo, si nuestra huella de carbono es pequeña. Esta huella incluye las emisiones directas causadas por la quema de combustibles fósiles (en el motor de un coche o para calefaccionar un edificio, por ejemplo) y las emisiones indirectas, como las relacionadas con la electricidad consumida, si también procede de combustibles fósiles. Y aunque convencionalmente se mide en toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, en realidad incluye las emisiones de todos los gases que contribuyen al calentamiento global, como el metano (que además de extraerse del suelo también es producido en cantidades considerables por los animales de las explotaciones ganaderas intensivas, y entra en la cuenta de emisiones globales), el óxido de nitrógeno y los clorofluorocarbonos (CFC). Calcular la propia huella de carbono es ahora un paso esencial para las medianas y grandes empresas de muchos sectores; desde Fam incorporamos a diario medidas sustentables que nos permitan cuidar al medio ambiente y aportar a favor de un futuro mejor para nuestro planeta.
¿Qué es la huella de carbono?

10
Sep